DONDE EL ROCK COBRA VIDA

Simple Minds Don't You Forget About Me Historia

Simple Minds: La Historia del Hit Ajeno y la Larga Evolución SilenciosaS

De la Experimentación al Estadio Global

Simple Minds, formada en Glasgow en 1977, representa uno de los cambios más drásticos en la historia del rock. En sus inicios, eran una banda oscura de post-punk experimental, a menudo comparada con Roxy Music. Sin embargo, en la década de los 80, pivotaron hacia un sonido épico y pulido que los convirtió en gigantes de estadio. Conoce su impacto, su influencia en el New Wave y la historia detrás de su canción más famosa, un hito que ni siquiera les pertenecía.

Los Inicios Experimentales y la Influencia del New Wave

Los primeros cinco álbumes de Simple Minds (1979-1982) definieron su sonido experimental.

Discos como Empires and Dance y Sons and Fascination mostraron su interés por la atmósfera europea, los sintetizadores fríos y el post-punk. Esta etapa fue crucial para influir en bandas posteriores del New Wave y el synth-pop.

La voz operística y profunda de Jim Kerr se convirtió en la marca de la casa. Aunque no generaban éxitos masivos, esta etapa estableció una base de fans leales en Europa que valoraba su complejidad artística.

El Salto a lo Épico: De New Wave a Gigantes de Estadio

A partir de 1982, Simple Minds comenzó su transición al sonido épico, más orientado al rock de estadio, influenciados por bandas como U2.

Álbumes como New Gold Dream (81–82–83–84) (1982) y Sparkle in the Rain (1984) los lanzaron a la fama internacional. Su sonido era más grande, más pulido y perfecto para las arenas.

Su uso dramático de los sintetizadores y la instrumentación en capas fue altamente influyente en la evolución del rock alternativo que buscaba un sonido más cinematográfico y grandilocuente.

La Canción Que Definió Una Década (Y que No Escribieron)

El mayor éxito de Simple Minds, y el que los inmortalizó en la cultura pop, fue “Don’t You (Forget About Me)” (1985).

Contrario a la creencia popular, Simple Minds no quería grabar la canción. Fue escrita por Keith Forsey y Steve Schiff específicamente para la película The Breakfast Club.

El sello discográfico de la banda, A&M Records, junto con el productor Keith Forsey, tuvo que convencer y casi obligar a la banda a grabarla, ya que Jim Kerr sentía que la canción era demasiado simple y comercial.

La canción se convirtió en un éxito mundial instantáneo, alcanzando el número 1 en el Billboard Hot 100 de Estados Unidos y el top 10 en muchos otros países, siendo el tema más icónico de la banda, a pesar de que la banda tardó años en aceptarla en sus conciertos.

 

Canciones Clave y su Legado

“Alive and Kicking” (1985): Escrita inmediatamente después del éxito de “Don’t You,” esta canción fue un intento de la banda de crear su propia versión del sonido épico de estadio. Se convirtió en un éxito global, demostrando que Simple Minds podía replicar el triunfo por sí misma.

“Belfast Child” (1989): Una canción con tintes de folk y política, que aborda el conflicto en Irlanda del Norte. Demostró la capacidad de la banda para regresar a temas más profundos y serios después de su periodo más comercial.

La Resistencia de un Sonido Único

La carrera de Simple Minds es un testimonio de la resistencia creativa. Pasaron de ser una banda de culto post-punk a íconos del New Wave y del rock de estadios, todo gracias a una canción que inicialmente rechazaron. Su legado es la prueba de que el éxito, a veces, viene de la mano de las decisiones más inesperadas.

¿Cuál es tu canción favorita de Simple Minds?

About Post Author

También te puede interesar