Lars Ulrich sería hoy un tenista profesional pero…
La vida da muchas vueltas y muchas veces resultamos cambiando el panorama que tenemos en frente, pese a las oportunidades, lo cierto es, que hay que seguir el corazón y dejarnos llevar por la pasión que sentimos al hacer las cosas que realmente nos gustan.
Ese es el caso de Lars Ulrich y su curiosa historia antes de convertirse en uno de los mejores bateristas de metal de todos los tiempos y ser el motor de una de las bandas más icónicas del género como METALLICA.
Y así empezó todo…
Lars Ulrich, de nacionalidad danesa, nació el 26 de diciembre de 1963 en una familia de clase media-alta y llevaba en su ADN la pasión por el tenis, la vena la habría sacado de su padre, el señor Torben Ulrich, un tenista profesional con participaciones destacadas en Roland Garros, Wimbledon y el Campeonato de Estados Unidos.
Lars era su compañero inseparable, por lo que no era extraño que empezara a ubicar su futuro en el deporte, de hecho, empezó a jugar a temprana edad y era considerado como “una de las 10 jóvenes promesas del tenis de Dinamarca”, tanto así que en 1979, el señor Torben lo inscribió en una prestigiosa academia de tenis en Florida, pero Lars ya empezaba a tener otros planes.
¿Cuándo Lars cambia las raquetas por las baquetas?
Su padre tuvo mucho que ver, pues era seguidor de las vanguardias musicales, así que escuchaba bandas como Queen, Led Zeppelin, Jimi Hendrix y jazzistas de la talla de Ornette Coleman, y fue en 1973 cuando llevó a Lars a su primer concierto de rock, nada menos que a Deep Purple, eso marcaría para siempre la historia de Lars.
Tanto así que, para su cumpleaños número 13, le pidió a su abuela de regalo una batería, y después de insistir varias veces, su abuela accedió a su capricho y le regaló la primera batería, seguro no se imaginaba en ese momento lo que eso significaría…
La familia Ulrich se trasladó a vivir a Los Ángeles a comienzos de los ochenta, y ya saben, para esta época la ciudad empezaba a convertirse en uno de los bastiones más importantes del thrash metal.
Algo que contagió a Lars que tuvo que decirle a su padre que lo de él eran las baquetas y no las raquetas, algo que don Torben le apoyó sin reparo y le aconsejó que primero tomara clases del instrumento, pero Lars le respondió -como lo ha mencionado en varias entrevistas- que aprendería solo en 10 días, pues que había nacido para eso.
De hecho, a diferencia de la mayoría de historias de rockeros, mis papás eran cool; eran mis mejores amigos,. No tuve nada contra lo que tuviera que rebelarme. No fue sino hasta que llegué a Estados Unidos y conocí a gente del sur de California, que empecé a entender eso de rebelarse contra los padres. Eso no hacía parte de mis planes. Comenta Lars
Lars Ulrich publicó un anuncio en la revista Recycler en busca de un guitarrista para formar una banda con influencias del nuevo heavy metal británico, James Hetfield respondió el anuncio y el resto es historia… años después METALLICA se consolidaría como una de las mejores bandas de la historia del metal.
Curiosidad
La única vez que Lars combinó su pasión por el tenis y la música fue en la presentación de caridad Grand Slam Jam, un torneo de tenis y concierto, en el que Ulrich se unió con el bajista de R.E.M, Mike Mills, para jugar con tenistas de la talla de Andre Agassi, John McEnroe y Jim Courier.
Al terminar el juego, los participantes dejaron las raquetas y tomaron los instrumentos para divertirse tocando Sweet Home Alabama de Lynard Skynard, Johny B. Goode de Chuck Berry y Purple Haze de Jimi Hendrix, entre otras.
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Marla Ardila
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